Diaries of a thirty-something

Perfect days

Cover Image for Perfect days
Marian
Marian

Tomo la bici, llueve pero al menos se están volviendo más cálidos los días. El aroma a tierra mojada está en el ambiente. Comienzo a ver los botones en las ramas de los árboles, guardando cada flor como en una cajita de aretes, con la promesa de otorgar color a quien les mire. El fin de semana vi varios árboles de magnolias, algunos más rosas, algunos más morados. Aprendí sobre abejas y cómo identificar a un macho de una hembra. D. definitivamente es un ser auténtico. Aunque su esencia se rodea de caos y un poco de rebeldía, es muy entretenida. En la calle intercambio sonrisas cordiales con un par de desconocidos. Ayer, mi tía M. me contó una anécdota con la cual estallé de risa, “sabía que así reaccionarías si lo hubieras visto, por eso te lo cuento”. El martes K. y T. indagaron sobre lo que un astrólogo me dijo. Las reuniones con K. y E. me hacen sentir en casa, ellas entienden lo confuso que puede resultar interactuar con gente nueva y lo que a choques culturales conlleva. Conocí la casa donde E. vivió cuando niño. Nos encontramos a un amigo en medio del Bröcken y nos emocionamos cuando lo volvimos a ver gritándonos desde el vagón del pintoresco tren.

Tomo la bici, la ciudad se siente tranquila, es temprano, el día ya está claro. Quiero estar tranquila donde sea que esté. Bajar por las escaleras y encontrarme con el aroma a café envolviendo la casa. No necesito más que un sofá, un poco de calma y una hoja de papel donde pueda retratar lo que sea que lleve en mi.

M

Perfect day

Perfect days