Past Lives
P., T. y yo nos encontramos en un pequeño cine cerca de Wildenbruchbrücke. Vimos una película titulada “Past Lives”.
Las tres teníamos edad suficiente como para saber cómo se sentía una ruptura amorosa. No solo nos habían roto el corazón ya, sino que también, habíamos lastimado una que otra alma en nuestro camino por la vida.
“Past Lives” fue un encuentro frustrante con aquel recuerdo que dolía. Para mí, fue un reencuentro con la idea de que hay relaciones que, por más conexión que pensaste que tenías, la vida simplemente no se ajusta.
Hace poco armé un rompecabezas. Noté que, aunque a veces encontraba una pieza que consideraba era la faltante, por algún detalle no encajaba. Si la forzaba mucho, podía lastimarla o incluso romperla. “Verás” le dije a mi psicóloga, “cuando encontraba la pieza que era, simplemente encajaba, quizá había tomado algo de tiempo encontrarla, pero si era la pieza correcta, casi hasta se deslizaba”.
A veces prefiero creer que cuando las cosas están destinadas a ser, simplemente se dan. Eso me ayuda a mantener presente que hay cosas fuera de mi control. Sé que puedo tomar acción sobre lo que yo hago, pero hay situaciones que no dependen de mi. Quizá toma algo de tiempo encontrar ese trabajo, ese proyecto, a esa persona, pero eventualmente, cuando es la correcta, todo se acomoda. Esa pieza faltante complementa y da sentido a lo que estás construyendo.
En una de las escenas finales de la película, los protagonistas se contienen y deciden hacer lo que “se debe hacer” en vez de hacer lo que realmente quieren. Sus cuerpos se muestran tensos. Se vuelve claro que pelean contra ese impulso a reencontrar sus cuerpo. Esa frustración se extiende por varios minutos, se siente interminable.
“Esta película te hace pensar en alguien. ¿En quién pensaron?” preguntó T. Yo pensé en alguien que, como en la película, también pasó por un proceso migratorio cuando era un niño. "¿Cómo fueron esos años?" le pregunté a él alguna vez. "Solo drama común adolescente" dijó, con la típica calma que siempre lo acompañaba.
Fue inevitable recordar mi frustración cuando no pude decirle de frente lo que sentía. ¿Habría cambiado nuestro rumbo si lo hubiera hecho?. No puedo saberlo. Solo sé que en ese momento no se sentía como la pieza correcta. Se sentía como si algo se forzara, como si algo se quebrara. Al final solo lastimaba y no daba sentido a lo que estaba construyendo.
M